Treviso: Spagnolo

 
La historia

La comunidad Murialdo de Treviso está formada por religiosos Josefinos de Murialdo y laicos que actúan en las estructuras y en el territorio con el objetivo de dar respuestas a las diversas formas de problemática juvenil.

Tuvo un primer inicio en 1988, pero sólo después de algunos años, con la constitución de una comunidad religiosa, adquirió una suficiente estabilidad. Esta nueva presencia dio mayor solidez y continuidad a las iniciativas de acogida y llevó a cabo la reestructuración del edificio donde actualmente tienen su sede la misma comunidad religiosa y algunas propuestas de acogida.

La actividad se inició en un primer momento con la constitución de un núcleo de acogida residencial, se desarrolló luego como un recurso en el territorio para menores en dificultad psico-social con diversos proyectos de ayuda y con la sensibilización del territorio y las familias para la difusión del valor de la acogida.

El objetivo principal de la Comunidad Murialdo es la realización de intervenciones y de específicas respuestas en favor de la realidad infantil y juvenil a quienes falta un adecuado sostén educativo familiar y/o social y de las familias con problemas.

La Comunidad actúa en estrecha colaboración con los servicios sociales territoriales y con las energías presentes en el territorio.

No tiene un papel de suplencia respecto a los servicios institucionales, pero entiende ponerse como signo, como propuesta dentro de la gestión de los proyectos de ayuda para los menores del territorio, para madurar formas alternativas o complementarias de intervención y modelos de presencia.

Reservándose la autonomía en el método educativo y en la gestión de la experiencia trata de individuar no solamente nuevas metodologías de intervención en función "recuperativa", sino también y sobre todo en función "preventiva."

De aquí el empeño en promover la cultura de la acogida en campo eclesial y social, también ayudando al territorio y a las familias a madurar opciones de compartir y de acogida en familias sustitutas.

Los valores fundacionales

El compartir la vida y las relaciones de "amigo, hermano, padre" son nuestro modo de pensar los proyectos de ayuda y de responder a las necesidades de las personas que nos son confiadas. Es un estilo cada vez más actual en un tiempo en el que la pobreza es cada vez más pobreza de relaciones y cariño.

En los proyectos de acogida de la Comunidad Murialdo la atención a las relaciones, la elección de la normalidad, el contexto familiar como entorno ideal por el crecimiento de los chicos, han constituido siempre criterios de base para la construcción de proyectos de ayuda.

La experiencia ha probado que el encuentro con quien está herido, sufriente, agresivo, revela las fragilidades, toca los puntos débiles, expone mucho a quien acoge. También estas personas necesitan sentirse acogidas, de vivir experiencias de pertenencia, de tener compañeros de viaje cercanos. No se puede ser acogedores aislados. La elección de acoger a quién tiene necesidad de ayuda hace crecer la necesidad de diálogo y solidaridad, a los que la Comunidad Murialdo responde a través de encuentros e itinerarios formativos entre educadores, voluntarios, familias y comunidades religiosas.

Es también el motivo por que se prefieren orientaciones que garanticen estabilidad en las relaciones, capacidad de compartir, ocasiones de fiesta, itinerarios recíprocos de espiritualidad y formación entre religiosos y laicos.

La atención a los jóvenes pobres y la elección de acogerlos han sido para Murialdo la consecuencia de una larga maduración personal que lo ha visto abrir progresivamente su corazón a las necesidades de quienes estaban a su alrededor.

Por tanto el modo de ser acogedor hoy es también fruto de la conciencia de haber sido acogidos como hijos por el amor "infinito y personal" del Padre y de haber sido amados por nuestros padres. Sólo en relaciones personales y dentro de una recíproca pertenencia, cada uno puede tomar conciencia de "sentirse amado" y puede empezar a amar. El estilo educativo propio de la comunidad Murialdo se traduce en los siguientes fundamentos educativos:

a) la centralidad de la relación, dónde, incluso manteniendo intacto el propio rol y tarea educativa, se acepta la implicación personal y se renuncia a dinámicas de fuerza y de poder para alcanzar el corazón del otro porque "la educación concierne al corazón";

b) la pedagogía de lo cotidiano: porque está en lo ordinario, y en lo cotidiano, que se establece una relación verdadera y auténtica, dónde es posible hacer a las personas partícipes de la vida real y ayudarles a madurar el justo sentido de responsabilidad hacia ellos mismos y a los demás;

c) la meta de la autonomía y de la responsabilidad: con atención a relaciones que no creen dependencias, sino que siempre apunten a la adquisición de una mayor autonomía personal;

d) con competencia y profesionalidad: ("hacer el bien, pero hacerlo bien"). No hemos sido llamados a hacer todo el bien posible, sino a hacer bien lo que se está haciendo. Desear y hacer el bien requiere también competencias educativas, instrumentos, un lenguaje compartido, acuerdo sobre los valores a transmitir y sobre las metas a alcanzar, quiere decir acoger según un "proyecto de vida" que garantice la unicidad de la persona con sus tiempos, sus dificultades, sus expectativas.

e) La atención a los cambios del contexto social y las necesidades de las personas: en la conciencia de que la acción de promoción no se puede reducir a intervenciones aisladas e individuales sino que requiere una acción precisa y consciente de sensibilización y cuidado de los ambientes de vida. Al mismo tiempo es la conciencia de que en las relaciones de ayuda es el bien de las personas el que puede constituir el criterio último de valoración y no la supervivencia y continuidad de la comunidad o del proyecto individual.

Construyamos respuestas, no servicios

No es un eslogan sino una de las opciones de valor que caracterizan la Comunidad Murialdo. Se concreta en poner la persona a la base del planeamiento de cualquier proceso de ayuda, evitando considerarla "usuario" de un servicio ya pensado y organizado.

El resultado es el notable esfuerzo que es solicitado a quien actúa dentro de la Comunidad, a los servicios Sociales que nos contactan y a las personas implicadas, para pensar y realizar junto el itinerario común.

Es más evidente en algunos proyectos que en otros, pero es una opción de valor que se traduce en regla operativa y que se está revelando como un precioso recurso en muchas situaciones de personas o familias con problemas. La misma opción de la Comunidad de seguir a también acogiendo las personas en proyectos con déficit económico testimonia lo concreto de esta prioridad.

Los recursos humanos y la organización

La comunidad Murialdo de Treviso es administrada por religiosos Josefinos de Murialdo y por laicos que comparten contenidos y valores del carisma de S. Leonardo y que se esfuerzan de ofrecer de ello una traducción operativa.

La conducción de la Comunidad esta constituida por un organismo de participación (Consejo directivo) que, además de las tareas de tutela de la identidad de la comunidad y de los valores fundacionales de la acogida murialdina, desarrolla las funciones de programación y gestión de las actividades.

Un papel particular reviste el diálogo y la continua verifica con todas las personas que a diverso título están presentes y actúan en la comunidad: educadores, voluntarios, otros dependientes, técnicos, amigos…

Por una adecuada funcionalidad de los proyectos en curso la Comunidad se vale de algunos coordinadores que presiden las diversas áreas o tipologías de intervención y tienen el objetivo de facilitar el trabajo de los diversos equipos de educadores y de mantener los enlaces con los entes públicos.

La formación de los educadores

El proceso de formación continua es un objetivo y una regla consolidada en la Comunidad Murialdo. "Hacer bien el bien" no es sólo una frase de S. Leonardo Murialdo; es el principio inspirador de cada proyecto de la Comunidad y su realización práctica.

Por esto la preparación profesional de base requerida a cada educador sólo es considerada el punto de partida de un recorrido de formación que ve empeñados a todos los educadores y se extiende a las personas adultas presentes en los proyectos.

Los voluntarios

A sostén del trabajo de los educadores, en algunos proyectos de ayuda, están presentes de los voluntarios que con su aporte constituyen un ulterior recurso a disposición de cuantos son acogidos por la Comunidad.

Su presencia, en efecto, no es entendida como recurso para la organización, sino más bien como el ofrecimiento de una posibilidad para vivir una experiencia de solidaridad en favor de quién tiene más necesidad.

A los voluntarios, quienquiera ellos sean, es solicitada por tanto la disponibilidad a vivir con fidelidad las relaciones interpersonales que se lleguen a construir, también con el objetivo de evitar que la experiencia sea pensada y juzgada con criterios de utilidad personal.

Los proyectos de ayuda

1) La Comunidad Familiar

Acoge temporalmente menores o jóvenes con la familia de origen imposibilitada o incapaz de cumplir con la propia obligación. Es una disponibilidad ofrecida por la Comunidad Religiosa de los padres Josefinos de los que al menos dos son educadores calificados, que garantizan el proceso educativo gracias también a su residencia en la comunidad.

OBJETIVOS: Ofrecer modelos de vida y contextos relacionales positivos; favorecer procesos de autonomía y de inserción laboral.Está dirigida de modo particular a menores o jóvenes mayores de 16 años.

Obra en estrecha colaboración con los servicios sociales que los envían y redacta proyectos específicos para la inserción en el territorio. Tiene la posibilidad de acoger a lo sumo a dos huéspedes. Puede encontrar continuidad de intervención a través de la continuación del sostén en un apartamento separado de la comunidad. Es un recurso puesto a disposición también de adolescentes a los que les han concedido formas alternativas al instituto penal de menores.

2) La Comunidad Educativa

Situada en un apartamento de la ciudad, ve la presencia continuativa de los educadores que desarrollan funciones de cuidado y tutela y que, manteniendo intacta la profesionalidad de la intervención, se ponen en relación con los menores en modo tal de ofrecer relaciones afectivamente calidas y positivas y de saber privilegiar el compartir de su vida a través de la experiencia de la cotidianidad. La inserción de un menor en la Comunidad Educativa ocurre siempre y sólo después de la propuesta de los Servicios Sociales de competencia y luego de un discernimiento acerca de su oportunidad y compatibilidad por parte del equipo de la comunidad.

OBJETIVOS DEL PROYECTO: Favorecer procesos de autonomía a través del ofrecimiento de un entorno acogedor en el que se puedan desarrollar relaciones de ayuda significativa y de compartir la vida a través de la experiencia de la cotidianidad.

Acoge temporalmente hasta cuatro menores de 6 a 18 años con familias imposibilitadas o incapaces de cumplir con su tarea.

3) la acogida de núcleos familiares

TIPOLOGÍA DEL PROYECTO

Es una forma de acogida ya iniciada por la Comunidad desde hace muchos años; la señalación de las necesidades de una familia nos ha dado la ocasión para iniciar esta nueva experiencia: acoger no sólo a uno o más menores, sino permitirles vivir dentro del propio núcleo familiar conservando la posibilidad de llevar a la práctica todas las iniciativas de sostén, control y vigilancia de las que tienen necesidad.

OBJETIVOS

Los objetivos fundamentales de esta tipología de intervención son sustancialmente de tres tipos: ofrecer un lugar protegido y controlado para poder actuar en vista del desarrollo de sus capacidades como progenitores y de la responsabilidad y autonomía personales; favorecer las relaciones padre - hijos mediando, sustentando y estimulando una sana relación interpersonal; insertar el núcleo familiar en el territorio y acompañarlo en este proceso.

El proyecto está dirigido a familias con menores hasta de 18 años.

4) la ayuda a familias en dificultad

Son proyectos de ayuda a familias con dificultad en diversos ámbitos de la vida familiar y social y por los que es oportuno pensar en formas de tutela y sostén.

Se trata de intervenciones dirigidas a núcleos familiares en los que se hallan suficientes capacidades y disponibilidad para desarrollar el rol de progenitores y una suficiente unión entre padres e hijos. Se diferencian de la educación domiciliaria sea porque todos los actores, comprendidos a los padres, están implicados desde el principio en el planeamiento y en la evaluación de la intervención, sea sobre todo porque a las figuras educativas que intervienen puede ser solicitada la asunción de responsabilidades directas en la tutela de los menores y en la gestión de la conducción familiar.

5) los Centros Diurnos postmeridianos (o C.E.D,)

Nacen para dar respuesta específica, individual y completa a las solicitudes de intervención de los servicios sociales territoriales para los menores en riesgo psicosocial. Permiten de efectuar intervenciones educativas personalizadas.

Están dirigidas a un grupo (máximo 10/15) niños o chicos entre los 6 y los 14 años.

OBJETIVOS

Las finalidades son aquellas de tutela, sostén y prevención de las dificultades.

El objetivo es garantizar el dúplice derecho de crecer y de ser educado dentro de la misma familia, evitando así el alejamiento del propio núcleo familiar.

7) el Centro abierto

A consecuencia de diversas indicaciones, hemos dado principio, desde octubre '99, a un espacio educativo abierto al territorio de un ayuntamiento colindante, que prevé la presencia libre de menores en edad escolar. Este espacio, denominado precisamente "Centro Abierto" quiere ofrecer una posibilidad de socialización a los menores del territorio.

El proyecto ve implicados, además de la Comunidad Murialdo, la Parroquia del lugar (que ha puesto a disposición los ambientes) un grupo de voluntarios (que ha contribuido a la organización logística del centro) y el grupo de padres de los niños presentes, que sustentan económicamente los gastos por la presencia del educador profesional. Está dirigido a chicos de 6 y los 14 años de edad.

OBJETIVOS

El Centro Abierto ofrece una ayuda a las familias y a los menores orientando particularmente la intervención en la dirección de la prevención. Las actividades previstas van más allá de la simple ayuda en las tareas escolares y prevén experiencias asociativas, culturales y recreativas, salidas, excursiones, visitas culturales, etc…

8) el “Centro Jóvenes”

El proyecto de este “Centro Jóvenes” nace de la necesidad de un ayuntamiento colindante de ofrecer espacios a los chicos de las escuelas medias inferiores del territorio para desarrollar procesos educativos complementarios con respecto de las agencias educativas presentes en el territorio.

En el planeamiento de la intervención se ha querido aprovechar de las específicas experiencias que la cooperativa social "Il Sestante" y la comunidad Murialdo han madurado en años de trabajo.

Durante la toda la tarde los chicos son seguidos por educadores profesionales, con los que dialogan y emprenden una relación educativa.

El proyecto Centro adjunto está pensado para acoger y encontrar adolescentes en edad incluida entre 11 y 14 años.

OBJETIVOS

El intento es crear un ambiente "familiar y acogedor" dónde el individuo pueda sentirse "como" en su casa, mirando a una progresiva y activa participación de los varios sujetos implicados.

9) las intervenciones educativas individualizadas

Esta forma de ayuda nace de específicas solicitudes de acompañamiento en el proceso educativo y escolar de chicos con dificultades socio-familiares complejas por lo que es necesaria la presencia continuativa de una figura educativa.

El proyecto siempre nace de una específica solicitud de los Servicios Sociales de referencia y prevé un sistemático acuerdo entre los actores y la familia del menor.

Puede prever la intervención educativa sobre un solo menor o bien su inserción en un grupo muy reducido de sujetos (máximo dos o tres) de edad entre los 6 y los 14 años.

OBJETIVOS

La intervención se propone de ayudar los menores a encontrar referentes y contención. La sistemática evaluación del proyecto permite localizar las líneas de acción más idóneas y las eventuales modalidades de sostén del núcleo familiar.

10) La granja social y didáctica

Nace de la opción de la Comunidad Murialdo de valorizar los recursos ambientales de que dispone y de poner estas riquezas para provecho de todos, en particular modo de las personas con dificultad. Desarrolla la actividad productiva agrícola y zootécnica proponiendo sus productos de modo integrado con la oferta de servicios culturales, educativos, asistenciales y formativos para provecho de los más débiles.

Es un lugar en el que los espacios y los cultivos son administrados y cultivados por operadores y personas desfavorecidas que cuidan de la tierra y de las áreas de labranza, privilegiando el método de producción biológica, el respeto de las especies animales, los procesos naturales de transformación de los productos.

La Granja Social no es sólo, en efecto, un lugar de producción sustentable. Es también lugar de relaciones y formación en el que las muchas habilidades, capacidades y recursos encuentran acogida y función en la red de relaciones y en el respeto de los recursos personales. Se dirige a jóvenes y a jóvenes adultos de ambos los sexos que necesitan un proceso protegido de socialización al trabajo.

OBJETIVOS: Integración y socialización, educación y tutela ambiental, valorización del arraigamiento territorial y promoción de las redes de solidaridad, acogida a través de las funciones de turismo y agroturismo regional

11) los Centros veraniegos

Propuestos por la primera vez en el verano del 2007 son momentos de animación y agregación para diversos menores de la ciudad y de los pueblos vecinos.

Los Centros Veraniegos se desarrollan en los mismos espacios y estructuras de la Granja Social y son organizados de modo tal que permitan la opción de la participación de semana en semana y prevean múltiples actividades siempre acompañadas por educadores profesionales de la Comunidad Murialdo.

Allí pueden participar niños y niñas de los 5 a los 14 años inscriptos por las familias que lo desean y pueden acoger también menores con dificultades que sean inscriptos por los Servicios Sociales de los diferentes ayuntamientos. Están abiertos desde el mes de julio al de septiembre, de lunes a viernes, de la mañana a las 7.30 hasta las 18.00 de la tarde, con el almuerzo incluido.

Hay la posibilidad, en todo caso, de inscribir a los niños por una sola parte del día (sólo por la mañana o sólo a la tarde).

12) las prácticas laborales

Desde hace algunos años la Comunidad ofrece la posibilidad a jóvenes o a jóvenes adultos con dificultades personales o de inserción laboral, de acceder a de los itinerarios de formación y socialización al trabajo en la granja social o en el laboratorio de ensamblaje. Todas las prácticas están promovidas y conducidas en colaboración con los Servicios para el empleo de la provincia de Treviso o con el ULSS n. 9.

Por cada practicante es prevista además la asignación de un educador de la Comunidad con funciones de tutor empresarial que sigue todo el proceso y acompaña la persona en el conocimiento del ambiente y de las modalidades operativas.

Al mismo tutor es confiada la tarea de enlace con el ente promotor y la redacción, en equipo y en sintonía con el ente promotor, de un proyecto individualizado.

Se dirige a jóvenes y a adultos en situación de dificultad o que necesitan una intervención de sostén en el proceso de inserción laboral.

OBJETIVOS: Ofrecer una experiencia protegida de un ambiente de trabajo, ofrecer espacios y relaciones positivas con otros adultos, orientar y evaluar las propias posibilidades y límites, adquirir una experiencia práctica.

13) el Laboratorio

Se trata de un laboratorio que trabaja el ensamblaje de pequeños artículos producidos y provistos por diferentes empresas de la zona que no comportan el empleo de particulares instrumentos o específicas metodologías operativas.

Está activo desde hace algunos meses en la sede de la Comunidad Murialdo pero está previsto su desplazamiento a una sede más idónea para hacerlo más accesible a los operadores.

OBJETIVOS: no responde a finalidad de lucro, está pensado para ofrecer un servicio de socialización al trabajo para aquellas personas que necesitan de ello y que son enviadas por los Servicios Sociales o del S.I.L.; ayuda a medir las capacidades y a reconocer los mismos límites gracias a los momentos sistemáticos de evaluación que son conducidos por los responsables del laboratorio.

Allí pueden acceder jóvenes o adultos por diferentes canales: a través de la institución de una práctica prevista por las convenciones que la Comunidad Murialdo ha realizado con el Servicio para el empleo de la provincia de Treviso y con el S.I.L. del ULSS 9 (ambos sustentados por becas de trabajo) a través de la inserción directa de parte de la Comunidad Murialdo. Todos los que tienen acceso al laboratorio están inscriptos regularmente al INAIL y cubiertos por el seguro contra los accidentes.

14) el alojamiento de emergencia

Es un alojamiento predispuesto por la Comunidad para acoger temporalmente un núcleo familiar por el cual se está preparando un proyecto de acogida.

El acceso está por tanto ligado a un específico proyecto en acto y solo en casos excepcionales puede ser usado para otras situaciones.

15) el apartamento de autonomía

Se trata de un pequeño alojamiento que responde a la necesidad de seguir dando sostén a los procesos de autonomía para los jóvenes que acaban su permanencia en la comunidad familiar o en la comunidad educativa. También en este caso el acceso está atado a un específico proyecto y es temporal.


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