30/04/2009 español

Día 30/04/2009, jueves

7:30 Oración y Misa e inspiración por la provincia Argentino-Chile

Celebrantes Principales: padre Sergio Ríos, padre Alejandro Bazán, padre Joaquín Fernández.

Temática de la misa: Celebrar el trabajo por la dignidad de los niños y adolescentes como hijos de Dios desde la defensa de los derechos fundamentales expresados en la “Convención Internacional de los Derechos del Niño” Relacionados con los valores del Reino expresados por Jesús en el discurso sobre el Juicio Final: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber” y en la doctrina de la Iglesia donde habla de la defensa de la seguridad de la persona, del hermano, especialmente los más vulnerables, débiles y frágiles, como lo son los niños y los adolescentes, como signos de la Presencia del reino.

Los derechos Fundamentales del niño y del adolescente, son 10:

1) Derecho a la vida

2) A la identidad

3) A la familia

4) A la salud

5) A la recreación y al esparcimiento

6) A la alimentación

7) A la educación

8) A la vivienda

9) A la cultura

10) A ser escuchados y tenidos en cuenta.

8:00 desayuno

8:45 Conferencia: El carisma de Murialdo al servicio de los más pobres por el Padre Giovenale Dotta

Introducción

Quien conoce San Leonardo Murialdo sabe que él fue capaz de leer la historia, también aquella de su tiempo, como el lugar de la presencia de Dios, que actúa en el hoy y pide que también nosotros reconozcamos el rostro de Cristo en el hermano, con una respuesta de servicio y dedicación que sepa proponer intervenciones aptas a las necesidades de los tiempos. Espiritualidad y apostolado encuentran en tal modo su unidad: la lectura de los signos de los tiempos, la mirada a la situación, la pobreza material y moral de muchos jóvenes fueron por él la voz y la llamada, la guía que él dócilmente siguió en hacerse santo y trabajar para salvar y llevar a la santidad a los jóvenes a él confiados.

Esta actitud de fondo típicamente suya, dejarse conducir de la Voluntad de Dios, condujo pues los pasos de la vida apostólica de Murialdo, desde los principios, entre los chicos de los primeros oratorios de Turín, y luego entre aquellos aún más pobres del Colegio de los Artesanitos.

Recorramos pues también el hilo de la historia, para conocer mejor el carisma del Murialdo hacia los jóvenes pobres, desde sus tiempos a nuestros días.

1. Oratorios, patronatos, centros juveniles:

un "lugar educativo" que no envejece

San Leonardo Murialdo dedicó la mayor parte de su tiempo y sus energías a los chicos pobres y abandonados, dentro de algunas instituciones (Colegio Artesanitos, colonia agrícola de Rivoli...) que acogían y hospedaban a los chicos proveyéndoles la comida, el alojamiento, el vestido, la preparación al trabajo, la formación humana y cristiana y sobre todo el cariño del que a menudo habían sido privados. Para aprender a leer, a escribir, a contar, para transcurrir de modo sano, divertido y educativo su tiempo libre. "Rezar, aprender, jugar: he aquí el oratorio": esta frase resume la pedagogía oratoriana del Murialdo y los Josefinos (Escritos, XI, pp. 33, 87, 112; XIII, pp. 228, 230, 289).

2. Una respuesta de amor: el colegio

La Congregación de San José nació ante todo dentro del Colegio Artesanitos de Turín para asegurar un válido y estable grupo de educadores para los chicos que allí eran acogidos. Muchos fueron huérfanos de uno o de ambos los padres, muchos tuvieron una familia que por la pobreza o por otras graves dificultades no era capaz de seguirlos. El colegio acogió a 180-200 jóvenes, pero las solicitudes de admisión fueron muchas de más. También es necesario tener cuenta el hecho que los chicos llamaban a las puertas de varios institutos y se metían en lista de espera, en vista de poder entrar en alguno de ellos.

3. De las escuelas de artes y oficios a los centros de formación profesional

La Congregación de San José nació dentro de un colegio que también era una escuela de artes y oficios: hubo zapateros, herreros, carpinteros, encuadernadores de libros, sastres, escultores, tipógrafos, torneros de hierro. En una carta del 1871 Murialdo afirmó que sus chicos, todos huérfanos o abandonados, si no hubieran tenido "un hogar donde aprender una profesión y recibir una educación civil e intelectual, religiosa" habrían ido demasiado fácilmente "a poblar las prisiones" (Ep.I, 326). "Vosotros estáis en este instituto: 1°, para ser educados cristianamente; 2°, para aprender una profesión con qué ganarse el pan para toda la vida; ya que, como dice el refrán, "quién tiene el arte, tiene la parte", es decir tiene su porción de herencia, tiene su parte necesaria para vivir. Y aún más, quién tiene el arte, es decir posee bien un oficio, tiene una gran ayuda para vivir honestamente, más bien, cristianamente" (Escritos, X, p. 258).

4. Las colonias agrícolas

En el ochocientos las colonias agrícolas fueron en la mayoría de los casos simplemente orfanatos y colegios para chicos pobres. A menudo, sin embargo, los jóvenes no estaban atraídos por el trabajo agrícola y además era la ciudad, más que el campo, la que presentaba las mayores posibilidades de trabajo. Por otra parte, la ideología del trabajo como fuente de virtud y como medio de redención y prevención, si bien era válida en sí, transformaba no raramente las colonias agrícolas en institutos correccionales que cubrían las lagunas de la insuficiente red de correccionales estatales.

5. De las escuelas elementales a los bachilleratos

"Abrir una escuela es cerrar una prisión". Esta frase aparece muchas veces bajo la pluma del Murialdo (Escritos, XI, pp. 27; 33; 88; 103). Pero cada vez que la pronunció, San Leonardo también recordó que la sola instrucción, sin la educación religiosa, que es también educación del corazón, es decir de toda la persona, no es suficiente para salvar a los jóvenes del vicio y de la ilegalidad.

6. Las palabras del Murialdo: "pobres y abandonados..."

El texto más conocido del Murialdo sobre los jóvenes pobres es el que contiene las famosas palabras "Pobres y abandonados: he aquí los dos requisitos que constituyen a un joven como uno de los nuestros..." (Escritos, V, p. 6).

"Pobres y abandonados: he aquí los dos requisitos que constituyen a un joven como uno de los nuestros, y cuanto más pobre y abandonado es, tanto más es uno de los nuestros”

7.- La atención a los signos de los tiempos

He aquí el pueblo del futuro; él será lo que lo habréis hecho: cristiano o impío, sumiso a las leyes o revolucionario. Estos niños, llegados dentro de poco a hombres, frecuentarán la iglesia o el bar, vivirán de su trabajo o del robo y el atraco, serán el honor de la familia o miembros de logias antisociales, defenderán la patria o incendiarán los monumentos.

Hoy vosotros podéis acercar este pequeño pueblo, educarlo, hacerlo cristiano. Mañana será demasiado tarde: no lo conseguirán, seducido por las doctrinas de la incredulidad

8.- Jóvenes pobres o díscolos

"Entre sus jóvenes [los josefinos] serán como amigos y padres; los querrán en Dios con todo su corazón y tendrán para ellos un profundo respeto, máximo por los más pequeños, más pobres, más enfermos y más necesitados de ayuda" (art. 183). Los hermanos son invitados a preferir a "los jóvenes que la naturaleza ha favorecido menos y por los cuales se siente menor inclinación" (art. 186).

9.- P. Julio Costantino, sucesor de Murialdo

Deseaba que el correccional se convirtiera en una familia en la que reinara el orden, el respeto recíproco y sobre todo la confianza. Se ocupó en todas las formas para que los jóvenes internados se encontraran bien, quisieran aquella gran casa hasta el final del aprendizaje, y saliendo de allí, fueran capaces de ganarse lo necesario para la vida ejerciendo un oficio

10. P. Reffo, el legislador

Es por tanto deseable, aunque en las Constituciones no esté prescrito, que, junto a un colegio más señorial, se instituya y se haga florecer alguna obra para la juventud pobre, de modo que nuestros hermanos, llamados por la obediencia a una clase más elevada de jóvenes, no vayan a olvidar lo que es más propio que nuestra vocación" (Reffo, El objetivo..., pp. 121-123).

11.- P. Reffo, el educador

Humildad, gran humildad; reconozcan ser todavía muy jóvenes y saber todavía poco de este difícil arte del educar. Yo, después de 44 años, confieso ­ de no saber más que el “abece”.

¡Vamos, levanta el ánimo! Hazte hombre de una buena vez, ayuda a tu Director, conforta a tus hermanos­, persuádelos que no están en una cueva de ladrones y que los jóvenes son siempre tal cual los ­ hacemos nosotros" (Eugenio Reffo, Cartas selectas, a cura de José Bellotto, Librería Editorial Murialdo, Roma 1996, pp. 198-199).

12.- Un Directorio famoso(1936)

Más más allá del Directorio, invitaba a los Josefinos a "cultivar en el propio corazón, afecto y reverencia por todos nuestros alumnos indistintamente, también por los más pobres y por los menos dotados de ingenio, por los buenos y por los malos, por los dóciles y por los tercos, aprendiendo a compadecer y a perdonar mucho, reconociendo su fragilidad y debilidad.

13.- La renovación conciliar

El Concilio Vaticano II (1962-65) ha traído una gran renovación a la Iglesia y a la vida de las congregaciones religiosas. Como las otras, también la familia josefina ha sido invitada a reformular los principios sobre que se fundamentaron su espiritualidad y su acción pastoral.

10:00 Intervalo

Café y bocaditos

10:30 Trabajo en grupo

Conclusiones:

Ser pobre, cercano al pobre y vivir para el pobre. Jesús dijo:”Yo soy el buen pastor”

La necesidad de cada persona es nuestro compromiso.

En la FdM lo más precioso es:

Niño

Adolescente

Joven empobrecido

Apasionarnos por nuestro trabajo para servir al joven

Virtudes del educador Murialdino:

pasión
amor
bondad
respeto
entrega
 
Renovar caminando, sin perder la identidad

Repartición y comunión de vocaciones en una única misión

Una familia por los jóvenes

12:00 Salida para Epesmel

Después del trabajo en grupo, se dirigieron a la Epesmel, para conocer el lugar y los trabajos. Fueron recibidos con la Banda de La Fanfarra, compuesta por los adolescentes que estudian en la Epesmel. Algunos de los participantes, tocaron junto a ellos.

Fueron recibidos por los seminaristas, y almorzaron con los jóvenes de la Epesmel.

Almuerzo: Strogonoff de pollo, arroz, porotos, ensalada, fideos y gaseosa.

Después del almuerzo, los chicos presentaron una actividad musical.

A continuación, fueron presentados los proyectos de la Epesmel y fueron a recorrer las salas de aula.

Salieron de la Epesmel y fueron al centro de la ciudad y a la catedral.

19:30: Cena

Fueron a comer a una parrilla donde confraternizaron y se conocieron más aún pasando momentos muy agradables.

Menú: Asado, ensaladas, frutas y de postre, mazamorra y frutas tropicales.

Para beber, bebidas típicas brasileras.

Fue una noche inolvidable


Versione per stampa
 
2007 © Congregazione di S. Giuseppe - Giuseppini del Murialdo - Tutti i diritti riservati • Informativa sulla Privacy
Design & CMS: Time&Mind