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Novena línea de acción

  

EVALUAR NUESTRA MISIÓN Y NUESTRAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS Y PASTORALES A LA LUZ DEL EVANGELIO, DEL CARISMA Y DE LAS CIENCIAS SOCIALES

 

Como contribución a la reflexión acerca de esta línea de acción, se ofrecen a continuación algunos criterios que, más allá de las diversas metodologías que puedan implementarse para mantener un sistema de evaluación constante, sirvan para el discernimiento de los contenidos y los modos de evaluar nuestro servicio a los niños/as, adolescentes y jóvenes más pobres y necesitados. 

 

DESARROLLO DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES, SOCIALES Y METODOLÓGICOS

 

             I.      ESPIRITUALIDAD, CARISMA Y MISIÓN MURIALDINA

 

Nuestros Principios inspiradores y orientadores

 

La inspiración y orientación de nuestra tarea en el trabajo social se resuelve desde tres fuentes que son:

En primer lugar, la Doctrinasocial que la Iglesia ha ido explicitando a través de los siglos y que reflejan los principios que el mismo Jesús nos ha dejado y cómo la iglesia los ha ido aplicando en concreto a través del tiempo y la historia. En pocas palabras, como esa salvación de la que habla Jesús en el Evangelio, es decir el Reino de Dios, se hace presente en la historia en cada tiempo y en cada lugar.

En segundo lugar, el Carisma Murialdinoque es justamente una des esas concreciones en el tiempo, en la historia y en un lugar determinado  A través de una persona: San Leonardo Murialdo, que intenta poner en práctica los principios salvíficos enunciados.

En tercer lugar, la Pedagogía Murialdina que es la aplicación concreta del carisma en el área de la educación, principios que sea han ido conformando a través del tiempo y de la experiencia en las obras de la Congregación desde Murialdo hasta nuestro tiempo.

 

1.      La Doctrina Social de la Iglesia

 

El Designio Salvífico de Dios realizado en la historia es la fuente  principal y el fin último de nuestra tarea. La Palabra de Dios, la acción de Jesús, la acción de la Iglesia siempre tienen como misión central el realizar la salvación del hombre ”Porque tanto amó Dios al mundo que envió a su hijo único para que todo el que crea en el no muera, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo para juzgar al mundo sino para que el mundo se salve por él” (Jn 3,16-17) Esta   salvación del hombre se realiza en su propia historia con sus dificultades, necesidades, propias de cada tiempo y lugar, y es tarea de la iglesia responder a estas necesidades y dificultades para cumplir con su misión. Centrándonos en el hombre mismo, la lectura de sus necesidades y sus carencias la hacemos desde la Dignidadde ser humano, del hombre como hijo de Dios. Esta dignidad  que se refleja en el hombre como imagen de Dios es fundamentalmente la imagen del Amor de Dios, es el Amor de Dios reflejado en el hombre  lo que hace presente su imagen. “El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor… y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó primero…” (I Jn 4,8 - 10 ). Cuando vemos una imagen deteriorada  por el egoísmo, el hambre, el abandono…se hace más urgente nuestra tarea fraterna como miembros de la Iglesia por el hombre en una dimensión integral y por todos los hombres sin ninguna distinción. Esta tarea fraterna o acción social de restaurar la imagen de Dios herida en el hombre y en el Cristo sufriente: “… Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; estaba de paso y me alojaron; desnudo y me vistieron;  enfermo y me visitaron; preso y me vinieron a ver… Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.” (Mt 25, 35-40) se realiza fundamentalmente a través de la participación y de la solidaridad y tiene como meta el bien común, realizado desde los valores de la verdad, la libertad, la justicia y el amor

 

2.      El Carisma Murialdino

 

El designio salvífico que se realiza en San Leonardo Murialdo, en su propia vida  y en su propia experiencia personal de Dios después de una gran crisis personal, le permite descubrir de un modo particular el amor  que Dios le tiene. Descubriéndolo, especialmente, como un amor misericordioso que se transformará en la espiritualidad o luz que ilumine todas sus experiencias y, por supuesto, su labor pastoral, la que según los designios de la Providencia amorosa de Dios le llamará ala misión de acompañar los jóvenes pobres, huérfanos  y más necesitados de ayuda, descubriendo en ellos el lugar particular donde derramar toda su experiencia de dicho amor divino. Para ello, para responder a este llamado, funda la Congregación de San José entregándole como núcleo de su legado carismático justamente el extender el conocimiento y la vivencia del amor misericordioso de Dios, vivencia que nace y se nutre desde una experiencia de fe y oración.

Es este Amor, que él reconoce como un amor actual, personal, gratuito, infinito y eterno…y que se expresa especialmente a través de las virtudes de la humildad y la caridad….el que se manifiesta en su misión: “ne perdantur” (“para que no se pierdan”). Desde esta espiritualidad  y motivación central se dirigirá en primer lugar a los niños y adolescentes pobres y en riesgo, a los trabajadores y a las clases obreras, para realizar su misión.

 

3.      La Pedagogía Murialdina

 

Esta Misión, como parte del carisma y alimentada por dicha espiritualidad, se concretiza en una práctica y desde esa práctica en un estilo de educar a las niñas, los niños y adolescentes en riesgo, un estilo que pone al centro al joven pobre. Un joven visto de una manera personal y desde una perspectiva integral (en todas sus dimensiones y en todas sus necesidades: físicas, afectivas, espirituales, sociales, etc.).

Un estilo de educar que además se vincula con el joven desde la afectividad y la amistad, sabiendo que es desde su corazón desde donde hay que educar (educación del corazón). Poniendo así las bases de nuestrapedagogía del amor, que supone que en la medida que la niña, el niño y el joven se sienten amados recuperan y fortalecen su propio valor y su fe  en un Dios que los ama, y desde allí pueden comenzar a construir sus vidas, sus valores, sus destrezas, etc.

Procurando a través de la seriedad y la fortaleza, pero también y sobretodo de la dulzura y la paciencia que el joven llegue a ser sujeto de su propia educación y de su propia vida. 

 

II - IDENTIDAD DEL TRABAJO CON NIÑOS Y ADOLESCENTES EN RIESGO  A PARTIR DE PRINCIPIOS SOCIALES

 

  1. Introducción

             La situación de los niños, niñas y adolescentes constituye uno de los ejes universales más extendidos y movilizadores de la acción de las organizaciones comunitarias. En todos los barrios, pueblos, regiones del mundo, diversidad y amplitud de organizaciones trabajan de diferentes maneras a favor de los niños en situación vulnerable.

 

            Nosotros desde la Congregación San José tenemos motivos especiales que nos movilizan en esta tarea a los que hemos llamado principios carismáticos, esa es nuestra identidad fundante como miembros de la Iglesia y pueblo de Dios.

 

Sin embargo nuestra búsqueda de identidad no puede agotarse en la estructura carismática de nuestra tarea. La labor con niños y adolescentes en situación de pobreza está fuertemente enmarcada hoy en leyes y convenciones universales que favorecen y configuran un marco socio-cultural al que no podemos pasar por alto.

 Particularmente hacemos referencia a la Convención Internacionalde los Derechos del Niño, que intenta ser una síntesis de la búsqueda de un acuerdo entre las naciones para definir claramente cuáles son los derechos fundamentales de los niños y adolescentes. Convención que a su vez es inspiradora de las leyes propias de cada nación (por ej. en la Argentina la ley  26061 de Protección Integral de los Derecho de las Niñas, Niños y Adolescentes) y las leyes provinciales o estatales correspondientes.

 

            Si bien es cierto que miramos el devenir histórico desde nuestro lugar de fe, no podemos dejar de reconocer la necesidad de adherir profundamente a estos pulsos de vida nueva que trae dicha convención así como las leyes nacionales y estatales que poco a poco van penetrando en las tareas concretas de aquellos que trabajamos con la niñez en riesgo de Argentina y en otras naciones.

 

            Es a partir de aquí que surge el desafío de definir lineamientos en la política de trabajo en los Centros Sociales de la Congregación en relación con la tarea directa que se hace con los niños, adolescentes y familias en situación de vulnerabilidad (económica, social y personal).

 

El criterio fundamental de estas convenciones y leyes es el interés superior del niño/a y adolescente, como criterio fundamental de interpretación.

 

  1. Justa distribución de los bienes y servicios

             Conjuntamente con el del “Interés superior del niño” existe un contexto fundamental en el que se enmarca nuestra tarea, este principio social que aparece fuertemente ligado al espíritu de nuestra época, enunciado también como “justa distribución de la riqueza”, se encuentra claramente evocado en la Doctrina Social de la Iglesia. En la Populorum Progressio, en el concepto de los bienes como  riqueza económica se incluye el conceptode “justa distribución de los bienes”, y en esta línea de pensamiento, Pablo VI habla de un desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres, en clara referencia al concepto de dignidad de la persona humana.

 

            Es a partir de estos conceptos de “Interés superior de los niños y adolescentes” y de “desarrollo integral”, de “Dignidad de la persona humana” y de “justa distribución”, donde encontramos el perfil distintivo de nuestros Centros Sociales, aquello que nos hace distintos dentro del contexto general de las obras.

Así pues, abordamos el problema del desarrollo social y económico con mucha fuerza y preocupación para lograr “construir espacios de justicia”, ya que es el contexto de fondo de nuestra labor. Nos hacemos cargo, como lo hizo Murialdo, de la deuda que esta sociedad tiene con la población más marginada y con la brecha inabarcable que existe entre ricos y pobres, siendo la creación de estos espacios el único modo de superarlas realmente.

 

  1. Las políticas públicas: lugar donde se concretan los principios sociales

           Nuestro accionar como Congregación está llamado, a partir de nuestras obras sociales, a ocupar un lugar de peso frente a los actores gubernamentales y no gubernamentales que definen y ejecutan las políticas públicas para la niñez y adolescencia.

 

            Esto significa que debemos participar en los lugares donde se elaboran los diseños de las políticas públicas como mesas de diálogo o de gestión, foros sociales, consejos municipales, órganos de protección de derechos, etc. Hacerse presente en estos lugares es resolver desde en sus orígenes el tema de la gestión social. Significa, también,  asegurar los espacios para una justa distribución. Pero por sobre todo es resolver a partir de la vinculación con otros actores sociales y del trabajo en red, el inacabable círculo del aislamiento y desgaste que tienen las organizaciones sociales, cuando intentan resolverlo todo por sí mismas, Superar el trabajo en soledad es hacer mejor nuestra tarea concreta  con los niños/as y adolescentes.

 

  1. La identidad institucional en la perspectiva de lo social 

El Perfil se ha definido como:

-         De promoción humana, social y económica.

-         Trabajo con niños y adolescentes pobres materialmente.

-         Apertura a las nuevas formas de marginación social.

-         Convivencia horizontal de todos los actores.

-         Ser una comunidad educativa con participación comunitaria donde las familias sepan que hay amor, respeto, cariño y contención.

-         Equipos de trabajo especializados y en formación continua

-         Actitud de acogida, contención y orientación.

-         Nuestros centros deben organizarse en torno a la protección integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Esto es sistemas fundamentales de derecho.

-         Ser siempre instituciones que hagan presente a la Iglesia y su misión evangelizadora.

 

            Hemos visto necesario también explicitar algunas líneas de trabajo:

-         Favorecer y potenciar el desarrollo integral de los niños, adolescentes y comunidad, de modo que tengan su proyecto de vida. Es  importante preocuparse y ocuparse de manera especial de la formación laboral y la capacitación profesional de nuestros niños, niñas y adolescentes. No podemos deslindar el desarrollo económico del proyecto de vida

-         Generar espacios de pertenencia y permanencia ayudando a ejercer la ciudadanía. Todo lugar donde se ejercen derechos es ya un ejercicio de ciudadanía, nuestras obras deben ser ejemplo de participación y convivencia comunitaria.

-         Propiciar la autonomía, fortaleciendo la identidad y brindando herramientas válidas para la reflexión y toma de decisiones en la construcción de una comunidad más justa, menos pobre, más pacífica y con mayor grado de participación social.

-         Fortalecer a la familia y los vínculos entre sus integrantes y con la comunidad de referencia.

-         Fortalecer las comunidades, en donde están integradas dichas familias.

-         Generar vínculos y mantenerlos con otras ONGs, con los actores gubernamentales de turno y hacia adentro de la Iglesia.

-         Motivar a la profundización del Carisma Murialdino y la Doctrina Social de la Iglesia. Su conocimiento y puesta en práctica. Generar espacios de educación y capacitación para quienes busquen en esta tarea una forma de vivir la ciudadanía, ser Iglesia y trabajar como educadores.

 

III - METODOLOGÍA PERFILES Y DESTINATARIOS DE NUESTRA TAREA

 

  1. Metodología

 

Por sus propias características nuestra misión requiere de una metodología específica que la podríamos sintetizar de la siguiente manera:

El sentido comunitario de nuestra tarea exige que la misma sea comunitaria, en red hacia adentro y hacia fuera de la institución, y que se elabore desde el consenso de  un equipo de trabajo, haciendo que la comunicación sea clara y coherente, creando espacios de diálogo y un proyecto de acompañamiento del equipo, con una formación inicial y continua, que tenga en cuenta tanto aspectos socio – comunitarios, como aspectos didácticos y  pedagógicos, como principios doctrinarios y carismáticos.

Se requiere también una planificación estratégica que tenga en claro tanto la misión como las estrategias adecuadas par a lograr el  o los objetivo/s final/es del proyecto, recurriendo a evaluaciones permanentes con los ajustes que sean necesarios.

 

  1. Perfiles

 

El perfil de la gente que trabaja en nuestra obras sociales debería ser el siguiente:

 

-         Vocación de servicio

-         Capacidad de trabajar en equipo

-         Sensibilidad social

-         Capacidad de adaptación

-         Disponibilidad de tiempo

-         Apertura y flexibilidad

-         Con sincera adhesión al proyecto

-         Apertura a los valores personales, sociales y cristianos.

-         Ser confiables y confiar

-         Receptivos a las sugerencias, críticas y aportes

-         Capacidad de auto -  evaluación

-         Honestidad

-         Sin afán de lucro o de poder

-         Afán de crecimiento y de formación

-         Seriedad y responsabilidad en la tarea

 

 

  1. Destinatarios

 

Niños, adolescentes, jóvenes y trabajadores, que se encuentren en situación de pobreza material, la cual es causa de las siguientes dificultades que seguramente encontraremos como desafíos a resolver

 

Dificultades sociales habituales:

Abandono – Niños solos -Violencia familiar - Adicciones y consumo de sustancias – Discriminación –Desnutrición –Embarazo adolescente - Deserción escolar - Exclusión escolar - Situación de calle – Delincuencia - Indigencia y mendicidad - Pobreza económica - Transgresión a la ley - Acceso a la salud - Trabajo infantil - Falta de participación – Hacinamiento - Padres alcohólicos - Violencia entre pares - Padres o familiares presos - Padres ausentes - Maltrato físico y psicológico - Violaciones sexuales - Violación de derechos -  Desempleo – Inseguridad - Falta de oportunidades – falta de participación política y ciudadanía - Problemas de aprendizaje, y otros más que sería imposible listar ya que cada entorno social tiene sus propias problemáticas a resolver. Lo importante es desde aquí poder vislumbrar el perfil de los destinatarios de nuestra misión.

 

P. Joaquín Fernández C.S.J.

 


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